-Hijo mío, ¿qué vas a hacer hoy? ¡Espero que no saldrás de nuevo con tus amigos!
-Pero, mamá, creo que soy lo suficientemente mayor como para elegir qué
hacer con mi vida, no veo por qué debería quedarme en casa hoy que es
sábado y ya he terminado buena parte de mis tareas. Voy a disfrutar
de mi fin de semana, te guste o te disguste.
-Exactamente, no te lo discuto pero te digo que, en el futuro deberás elegir mejor a tus amigos.
-No les conoces y no has tenido la oportunidad de conocerles por tu actitud
grosera hacia ellos. Hubo un momento en que parecías apreciarles, pero
ahora que tengo 15 años y ya no soy un niño, tú crees que ellos serán
perjudiciales para mí y para mi futuro.
Sabes que pienso y que siempre pensaré como un adulto
responsable, así que por favor, deja de dudar de mí, aprende a confiar
en mí, y no te preocupes más por esas tonterías ¿de acuerdo?
-Lo
pensaré más adelante, pero por ahora, me adelanto y te prevengo. Así
que, si me dicen que te has hecho daño al tratar de hacer una
locura o que los vecinos te han encontrado borracho en alguna parte, voy
a echarle la culpa a tu grupo de pseudo-amigos, y sostendré que todos
responsables!
¿Comprendiste?
-Sí, te comprendí madre, y te
prometo que tendré cuidado, regresaré en dos horas y te
enviaré mensajes cada diez minutos si tú quieres.
-Bueno, realmente espero que lo hagas. Nos vemos, hijito.
- Gracias, adiós mamá.
