Estás en clases y de pronto, te sientes mal. Vas a consultar a la enfermería escolar y el enfermero te hace pasar y te pide que te subas a una camilla.
Enfermero: ¡Hola! ¿Cuál es tu nombre?
Estudiante: Me llamo Jonathan y voy al curso de .......
Enfermero: A ver Jonathan ¿qué te trae por aquí?
Estudiante: Es que estaba en clases y de pronto, me he sentido mal.
Enfermero: ¿Qué te duele?
Estudiante: Me duele el estómago y también la cabeza. Estoy un poco mareado y tengo náuseas.
Enfermero: Pues te haré un examen de atención primaria y veremos...
Estudiante: Noooo, un examen noooo, que me hace doler más la tripa y la cabeza; porque ¡no he estudiado para éso!
Enfermero: ¡Pero Jonathan, que para hacerte ese exámen no tienes que estudiar! Solo voy a tomar la temperatura, la presión y revisar un poco los síntomas que presentas, para referirte a un médico.
Estudiante: ¡Ah, qué susto! ¡Es que todo comenzó cuando el profesor de matemáticas dijo que nos iba a aplicar un exámen sorpresa, y la verdad es que no he estudiado nada! Inmediatamente me empezó a doler el estómago y casi de inmediato, la cabeza.
Enfermero: Pues Jonathan, tranquilízate, que aquí como que ha ocurrido un milagro, porque no estás enfermo, ni tienes nada mal en tu salud. Solo te has estresado y te has inventado inmediatamente una enfermedad, para salir de esa embarazosa situación.
Estudiante: Pero es que si. Me duele la tripa y la cabeza.
Enfermero: Jonathan, de eso no te morirás, además que no merece preocupar a tus padres, cuando en realidad lo que ocurrió es que entraste en pánico ante ese sorpresivo exámen.
Estudiante: Claro que estoy enfermo, y si no lo estoy ahora, seguro que lo estaré después de reprobar.
Enfermero: Bueno Jonathan, por esta vez, te indicaré ir a casa y descansar; aunque ese tiempo de descanso lo vas a aprovechar para estudiar la materia y mañana presentarás el justificativo al profesor de matemáticas para que te aplique el examen; porque ciertamente, lo que tienes es una crisis de pánico, y un inmenso temor a fallar, por no haber revisado debidamente la materia. Pero te repito, que eso no es mal de morir y si vuelves a esta enfermería con un malestar que no te esté verdaderamente afectando tu organismo lo reportaré a la Dirección. Yo soy la única persona que atiende en esta Enfermería, así que no vas a poder inventar nada.
Estudiante: Graciassss, de verdad que ¡me has salvado la vida! Tal como corresponde a alguien que atiende la salud de los estudiantes de esta escuela.