QUIERO CONVERTIRME EN MÉDICO:
Después de terminar mi colegio, quisiera ir a la
universidad para estudiar medicina y convertirme en médico, ya que esa es la
profesión que deseo ejercer.
Desde niño, siempre he querido ayudar a las
personas y curarles sus enfermedades y padecimientos, y es por eso que
considero la profesión de médico, como la más indicada para cumplir con mis
metas, deseos y aspiraciones en la vida.
Considero que ser útil a los demás es la mejor
filosofía de vida que alguien puede tener.
Pienso que la actitud compasiva ante nuestros
semejantes se puede materializar con el ejercicio de la medicina, procurando
devolverles la salud, que es la óptima condición de vida que nos merecemos
todos.
Estoy consciente que al elegir la profesión de
médico, también estoy eligiendo unos años de estudios intensos que ameritarán
sacrificar muchas veces diversiones propias de los jóvenes de mi edad; pero
esta elección la he hecho libremente, asumiendo todo lo que ello significa.
Con el ejercicio de la profesión de médico que he
elegido, quiero cumplir el sueño que siempre he querido materializar y a la vez
llenar de orgullo a mi familia y principalmente a mí mismo.
Dentro de los sacrificios que exige el estudio de
la medicina, además de ciertas privaciones, tendré también los rigurosos
exámenes académicos y las guardias que deberé hacer para cumplir con el aspecto
práctico de mis estudios.
Todos sabemos que el médico tiene una gran
responsabilidad en el ejercicio de su profesión puesto que a él le confían la
salud y hasta la vida de sus pacientes.
Cuando esté estudiando la carrera universitaria que
me lleve a convertirme en médico, tendré que aprobar materias verdaderamente
difíciles e importantes, como lo son la anatomía (donde debo aprender a la
perfección y al detalle, la composición del cuerpo humano, con todas sus partes
y órganos; la fisiología, en la que aprenderé el funcionamiento de cada uno de
los órganos que integran el cuerpo humano; además de todo el catálogo de
enfermedades, curas y procedimientos que puedan existir para esas enfermedades,
entre otras importantes materias cuyas exámenes deberé superar en términos de
excelencia, porque los médicos, más que cualquier otro profesional, en materia
de salud, tiene una responsabilidad superior en el logro del bienestar de las
personas que padezca de alguna dolencia.
Pero como me ha dicho mi abuelo, quien es médico
también: cuando se tiene verdadera vocación, se tiene la mitad del camino
andado para alcanzar esa meta que constituirá una de las máximas realizaciones
de la vida, como persona, sensible ante las demás personas y verdaderamente
útiles a la sociedad y tal vez, al mundo.
Para mí, convertirme en médico, es la
máxima ilusión y recompensa que puedo tener en la vida, luego de cualquier
sacrificio u obstáculo que haya tenido que sortear para lograrlo; porque de veras quiero ser médico, especializado en el corazón, por tanto, quiero ser médico cardiólogo.
